- La bondad es producto muy vital del carácter de su naturaleza divina. Practícala, y hazte acreedor de ella.
- Déjala legitimar tu vida; ofrécele todo el espacio que posees; y si fuera necesario, amplíate, se amplió. Vuélvete bondadoso con los demás; no escatimes nada de aquello que tienes a mano para dar.
- Compártelo todo alegremente, porque no anochecerá sin que tus manos vuelvan a estar llenas.
- Recuerda sus palabras verdaderas, y tómalas para ti: “Medida buena, remecida y rebosando darán en tu regazo por todo lo que des”. (Lucas 6:38).
- Quien es entendido en la Palabra no hallará tropiezo en ella; la pondrá por obra, y experimentará las ricas bendiciones de Dios. R.
